Los Objetivos sanitarios 2011-2020 reconocen la utilidad de la investigación en salud en la toma de decisiones de política pública a través de cuatro estrategias: formular prioridades, incentivar la investigación, desarrollar las capacidades investigativas del sistema y promover la transferencia del conocimiento. Con este propósito, la OMS propone, entre otros, realizar una síntesis amplia de la evidencia científica que permita conocer los vacíos del conocimiento. Así, el objetivo de esta investigación fue analizar la brecha entre la producción académica en salud mental infanto juvenil y la agenda gubernamental en salud y salud mental, entre 2000-2015. La metodología siguió las recomendaciones de la Declaración Prisma y sumó 160 artículos indexados producidos en población chilena menor de 29 años; se aplicó estadística descriptiva y análisis de contenido. Los resultados evidencian dificultades importantes en la ciencia que dificultan la priorización de la salud mental infanto-juvenil en la agenda gubernamental, entre las cuales, se incluye el predominio del enfoque de los factores de riesgo y la ausencia de soluciones concretas vinculadas a la realidad socio-política del país. Las conclusiones apuntan a modificar el uso del conocimiento científico abandonando las concepciones lineales y racionales que no consideran la complejidad del proceso político de construcción de los problemas públicos.
Orrego, V. (2017). Investigación y política en salud mental infanto-juvenil en Chile. Revisión sistemática, 2000-2015. Revista Estudios De Políticas Públicas, 3(1), 66–82. https://doi.org/10.5354/0719-6296.2017.46351