Este artículo analiza la implementación de la unidad de cumplimiento municipal de la Municipalidad de Maipú, llamada Centro de Gobierno, creada en 2021 en un contexto de crisis financiera, institucional y comunal. Inspirado en el modelo de delivery units de Michael Barber, priorizó cinco áreas estratégicas y estableció rutinas de seguimiento con base en datos, coordinación interdepartamental y apoyo técnico. La metodología se ajustó mediante evaluaciones participativas, ampliación de prioridades y fortalecimiento de capacidades internas en gobernanza de datos, innovación y alianzas internacionales. Entre 2021 y 2024, los resultados incluyeron mejoras sustantivas en seguridad, infraestructura hídrica y vial, salud y recaudación de ingresos municipales, junto con un aumento significativo de la inversión en espacios públicos con recursos externos y manteniendo la proporción del gasto en personal. Además, se produjo un cambio cultural hacia una gestión planificada, colaborativa y orientada a resultados, reconocido con premios nacionales e internacionales. El modelo contribuyó al respaldo ciudadano reflejado en la reelección del alcalde con un 70% de los votos y comenzó a ser replicado por otros municipios. Esta experiencia confirma así la viabilidad de las unidades de cumplimiento en el ámbito local, como herramienta de modernización, fortalecimiento institucional y recuperación de la confianza pública.